Henrietta Swan Leavitt

Henrietta Swan Leavitt

La mujer “Computadora” que descubrió la primera gran “regla” para medir distancias en el Universo.



Henrietta fue una Astrónoma Norteamericana que comenzó a trabajar en el Observatorio de la Universidad de Harvard en 1893, junto a un grupo de mujeres. Primero lo realizó de forma voluntaria, y luego de forma remunerada.

Al grupo de mujeres con el que trabajaba Henrietta se les llamó las “Mujeres Computadoras”, dado que se les asignaban tediosos cálculos, análisis de placas fotográficas y de datos astronómicos. De forma burlesca a veces también las llamaban “El Harem de Pickering”, siendo Pickering el director del Observatorio. Por aquel entonces las mujeres no tenían mucha cabida en la Ciencia, por lo que eran relegadas a tareas mecánicas y tediosas, pero Henrietta, siendo una mujer brillante, se ganó el respeto dentro del Observatorio, y luego de la comunidad Científica.

En 1908 publicó un descubrimiento que tendría un impacto considerable en el desarrollo de la Astronomía. Dentro de los datos que analizó, descubrió que existe un tipo de estrella variable, llamada Cefeida, cuya luminosidad intrínseca guarda una directa relación con la periodicidad con la que varía su brillo. Mientras más luminosa es la estrella, mayor periodo y viceversa.

En 1913, Ejnar Hertzsprung, Astrónomo Danés, calibró (mediante el método de Paralaje) la relación encontrada por Henrietta. Gracias a esto, se pudo comenzar a utilizar esta relación para medir grandes distancias en el Universo. Si mides el periodo de variación de brillo de la Cefeida, y mides su luminosidad aparente (luminosidad vista desde la Tierra), puedes determinar su luminosidad intrínseca! Y por ende, puedes saber a qué distancia se encuentra!

Antes de este descubrimiento, el único método para medir distancias a estrellas era el paralaje. El problema de este método es que sólo es útil para medir distancias menores a 100 años luz (aprox.). Dado que no se podía medir distancias a estrellas más lejanas (y menos a galaxias), se pensaba que las galaxias eran “Nebulosas Espirales” que estaban dentro de la Vía Láctea, y que esta última comprendía todo nuestro Universo (algunos astrónomos tenían la sospecha de que estas nebulosas podrían ser galaxias independientes, pero no tenían cómo probarlo).

Gracias a la relación encontrada por Henrietta, se accedió a una herramienta para medir distancias mucho más grandes. Con este método se estimó por primera vez el tamaño de la Vía Láctea, y la posición del Sol dentro de ella (si ya no estábamos en el centro del Sistema Solar, ahora tampoco estábamos en el centro de nuestra Galaxia).

También Hubble y Humason lo utilizaron para calcular que la Galaxia de Andrómeda se encontraba a alrededor de un millón de años luz de distancia (ahora sabemos que son 2,5 millones), es decir, que definitivamente se encontraba fuera de nuestra galaxia, y que de hecho era otra galaxia! Por ende, todas estas “nebulosas espirales” debían ser en realidad nuevos “Universos Isla” que aparecían frente a sus ojos, y así se confirmó posteriormente. Aquí recién la humanidad se comenzó a dar cuenta de lo grande que podría ser el Universo.

Henrietta abrió un camino que tuvo múltiples consecuencias en el ámbito científico, y que permitió darnos cuenta de lo basto que es el universo, y de lo pequeño que somos.

Si te gustó, compártelo 👍

Referencias:
*Libro: “El Libro de la Astronomía”, de Jim Bell. Pgs. 200, 264 y 268.
*Libro: “Cosmicomic”, de Amedeo Baldi, Pgs. 21-31.
*Web: Artículo escrito por Rafael Bachiller, director del Observatorio Astronómico Nacional (de España):

Comentarios

Entradas populares